viernes, octubre 13, 2006
Todo asusta
(...)
La poesía de Gloria no puede agradar a esos poetisos almibarados que parece que escriben no tecleando la máquina, ni afirmando la pluma fuente, sino con plumas tomadas de alas de colibrí.
Tampoco la poesía de Gloria es para ser leída en esos actos culturales de gente fosilizada, pues en la poesía de Gloria, todo asusta: desde su elevación hasta su desplome, su inesperado desplome y sus ideas sociales, inspiradas no por exotismo sino por el ámbito en que ella ha tenido que desenvolverse.
Conie Lobell (publicado en la Página Literaria de El Mercurio, el 7 de septiembre de 1958).
La poesía de Gloria no puede agradar a esos poetisos almibarados que parece que escriben no tecleando la máquina, ni afirmando la pluma fuente, sino con plumas tomadas de alas de colibrí.
Tampoco la poesía de Gloria es para ser leída en esos actos culturales de gente fosilizada, pues en la poesía de Gloria, todo asusta: desde su elevación hasta su desplome, su inesperado desplome y sus ideas sociales, inspiradas no por exotismo sino por el ámbito en que ella ha tenido que desenvolverse.
Conie Lobell (publicado en la Página Literaria de El Mercurio, el 7 de septiembre de 1958).